lunes, 8 de marzo de 2010

"La realidad LGTBQ pasa por un momento de autocomplacencia aborregada"

LLÉVAME A CASA - Los lectores preguntan, Libertad responde
III y última PARTE


Eres una de las activistas LGTBQ más activas y comprometidas con el movimiento ¿cómo encuentras la realidad LGTBQ española actualmente? ¿Qué aspectos crees que se debería mejorar? ¿Aún nos queda mucho por hacer?
Hacía mucho que no me llamaban activista y no sé si se me seguirá considerando como tal. Yo sí me considero, desde luego, pese a que hace mucho tiempo que dejé de vincularme con colectivos gays en pro de un activismo más personal. La realidad LGTBQ pasa, desde hace tiempo ya, por un momento de autocomplacencia aborregada. Lo gay es una marca registrada y está mal visto ser homófobo en público. Sin embargo, a poco que rascas, te das cuenta de que, en la sociedad, la gente sigue viendo al maricón o la bollera como algo distinto, algo ajeno y alejado de su realidad, que no va con ella. Desde dentro del colectivo LGTBQ no es mucho mejor: tenemos una legislación que en apariencia nos protege y nos ha dado unos derechos que se nos han negado históricamente y además en las grandes ciudades y en algunas medianas tenemos nuestros pequeños parques temáticos para explayarnos. Pero la lucha no ha terminado ahí, en ese simple pan y circo con el que tenernos calladitos y contentos. El ámbito rural, la lucha contra el sida (que vuelve a crecer alarmantemente entre los gays) y la educación en la infancia y la adolescencia deberían ser los principales campos de batalla. Porque en los pueblos se sigue discriminando al rarito o la rarita y en los colegios e institutos no sólo se sigue insultando al grito de ¡maricón! sino que incluso están convirtiendo la palabra gay en un arma arrojadiza. Así que sí, aún queda mucho por hacer.

"El ámbito rural, la lucha contra el sida y la educación en la infancia y la adolescencia deberían ser los principales campos de batalla del activismo."


¿Crees que existe una cultura gay o LGTBQ?
Existe una cultura gay igual que existe una cultura gitana, una cultura negra o incluso una cultura heavy. Existen parámetros y referentes que conforman una identidad LGTBQ y esta identidad crea, piensa y hace las cosas desde una óptica y una perspectiva condicionada por esa identidad. Pero cuidado, que tampoco vivimos en un compartimento estanco. Nos condiciona nuestra sexualidad del mismo modo que nos condiciona nacer en una familia rica o en un pueblo perdido, ser de izquierdas o de derechas. Que se nos acuse de centrarlo todo desde la cuestión sexual es un ataque vacío: hemos tenido que hacerlo para tener un punto de referencia. Los heterosexuales nunca se han sentido ni se sentirán discriminados por su modo de vida porque está perfectamente interiorizado como parte de la norma, esa misma norma que nosotros intentamos cambiar para que la diversidad sea lo que prime. Por tanto, sí, hay una cultura gay porque hay una óptica gay o lésbica que mira el mundo en base a su experiencia vital, como en cualquier proceso creativo. Para simplificarlo: Brokeback mountain es una película sobre dos hombres que se enamoran pero está dirigida por un heterosexual, el relato en el que se basa está escrito por una mujer heterosexual, la mirada con la que se cuenta la historia es heterosexual y el público al que iba dirigido era mayoritariamente heterosexual (que también triunfara entre el público gay era obvio por cuestión de afinidad). En cambio Moulin Rouge es una película sobre el amor entre un hombre y una mujer y todo, to-do, en la película es de un gay que tumba porque el director lo es y la mirada con la que retrata el universo del film es muy, muy marica.

En tu columna de opinión, Acento circunflejo en el portal Universo gay, has declarado más de una vez que actualmente la homosexualidad se acepta con mucha más facilidad que la bisexualidad, ¿ha cambiado esta situación o, por el contrario, crees que 'se ha vuelto moderno' decir que eres bisexual?
Este es un tema que me irrita bastante por el doble rasero y la hipocresía que esconde. En su momento fueron celebrities como Madonna o Angelina Jolie las primeras en declararlo. Pero desde hace ya un tiempo no hay cantante, actriz o "aspirante a" que se precie que no diga, más o menos abiertamente, que es bisexual. La lista se hace tan larga cada día que casi sería más fácil enumerar quién no lo ha dicho. Sin embargo hay dos datos curiosos: todas ellas son mujeres y todas lo han dicho de la mano de sus flamantes novios o maridos. Ninguna, ni una sola, lo ha dicho al mismo tiempo que presentaba a una pareja femenina. Y esto tiene una lectura muy clara: a las mujeres se nos permite ser bisexuales porque la visión de dos mujeres practicando sexo (sólo sexo) es algo que erotiza al hombre heterosexual. Y aquí volveríamos a lo que antes comentaba, se permite porque no se considera peligroso ni se toma en serio a dos mujeres juntas. ¡Si hay gente que piensa que dos mujeres no pueden tener sexo real! Sólo es un divertimento pasajero porque se tiene muy presente que, al final de todo, el camino correcto será acabar con un hombre. En ese sentido, para una mujer sí queda muy cool y moderno declararse bisexual porque da morbo y dota de un aura sensual muy atrayente para ambos sexos. El caso contrario sería el del hombre bisexual, al que directamente muchos llaman 'maricón reprimido'.

"Para una mujer sí queda muy moderno declararse bisexual porque da morbo y dota de un aura sensual muy atrayente para ambos sexos. Por el contrario, al hombre bisexual directamente muchos le llaman maricón reprimido."


Es curioso que muchos homosexuales sigan criticando a bisexuales, ¿a qué piensas que se debe?
El homosexual, la lesbiana, el transexual... Todos ellos han tenido que luchar mucho para que se reconozca su identidad y se les deje de perseguir. El heterosexual, al que ya le cuesta un esfuerzo aceptar una sexualidad diferente a la suya, se siente molesto y contrariado ante algo que le cuesta etiquetar. Se dice que el bisexual se lleva lo mejor de ambos mundos sin necesidad de posicionarse, pudiendo camuflarse fácilmente en cualquier entorno. Es un poco el traidor del sexo. Sin contar con la típica asociación a la promiscuidad y el engaño que se nos atribuye a los bisexuales. Pero quizá sea la discriminación hacia los bisexuales proveniente del colectivo LGTBQ la que más hipócrita me parece. ¿Personas que llevan siglos luchando para que no se les considere distintos por tener una sexualidad diferente discriminando a su vez a otras personas por no compartir su opción sexual? Es de locos. Es de locos pero está dentro de la naturaleza humana el querer etiquetar en base a dicotomías. O blanco o negro. O de izquierdas o de derechas. O creyente o ateo. Es irónico que un colectivo que esgrime el arcoíris como símbolo de la diversidad, que, de hecho, incluye a los bisexuales en las siglas con las que se nombra, sea, a la hora de la verdad, tan olvidadizo de su propia historia de persecución por ser diferente.
Para mí (ojo, para mí, opinión personal y subjetiva) la bisexualidad me parece la opción más natural. No creo en los extremos ni en las sexualidades exclusivas. El deseo, la atracción física y el amor, juntos o por separado, nos empuja por caminos que no siempre podemos elegir. Cuando en Mujeres estupendas hice que un personaje lésbico se enamorase de un hombre, me llovieron las críticas y las quejas por parte de las lectoras lesbianas. Las mismas que en su momento han sufrido discriminación por una sexualidad diferente no soportaban la idea de otra sexualidad distinta a la suya. Lo vieron como una traición, como venderse al enemigo. Yo sólo lo vi como un proceso natural del personaje, algo que también sucede en la vida real.

La bisexualidad me parece la opción más natural. No creo en los extremos ni en las sexualidades exclusivas. El deseo, la atracción física y el amor, juntos o por separado, nos empuja por caminos que no siempre podemos elegir.


1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho la reflexión acerca de la discriminación hacia los bisexuales.

    A mis 19 años, ya hace unos cuántos que me acepté como lesbiana, y nunca he descartado la posibilidad de mantener relaciones heterosexuales, poque creo que todos somos bisexuales que, tristemente, en su mayoría, no podemos vivir sin dar una definición clara de nosotros mismos.

    Pienso que está muy bien sentirse atraída o más atraída por un sexo en concreto, pero, como me gusta decir a mí cada vez que los curiosos se interesan por mi orientación sexual, "yo me enamoro de las personas, ¿de cuáles?, de las buenas personas".

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