El autor de Los desconocidos revela en la revista Gay Barcelona las claves de su último trabajo. Sexo, morbo y deseo rodean a la atrayente personalidad de Hugo, el escritor protagonista de la novela
- ¿Quiénes son Los desconocidos?
Todos somos desconocidos. En la novela presento los personajes como bolas de billar lanzadas de pronto sobre la mesa. Los personajes de esta novela chocan ciegamente unos contra otros sin saber qué es lo que quieren ni lo que están dispuestos a sacrificar para lograrlo. En su ansiosa búsqueda se van lanzando a todo tipo de experiencias que la vida les ofrece sin saber con quienes las comparten, pero aún más desconocidos que sus compañeros de viaje son ellos mismos.
- ¿Es la falta de comunicación entre los personajes los que les lleva a traicionarse y engañarse unos a otros?
La incomunicación y la inseguridad en sí mismos. Los personajes no saben reconocer sus anhelos, se sienten y están perdidos. La falta de seguridad en sí mismos es lo que les lleva destruir sus relaciones y a destruirse ellos mismos. Para que una amistad sea verdadera –y cualquier otra relación-, además de confianza, yo creo que debe haber seguridad. Debemos sentirnos protegidos y protegernos unos a otros.
- ¿Esa misma incomunicación entre los personajes es la que convierte al lector en confidente de todos y cada uno de los personajes?
En Los desconocidos he querido mostrar el punto de vista de cada personaje, sus impresiones y sus experiencias. La novela se estructura entorno a los pensamientos de los personajes, sus reflexiones sobre acontecimientos del presente y del pasado que los han convertido en lo que son. Sólo el lector conoce y comprende verdaderamente a todos los personajes. Entre ellos, son verdaderos desconocidos.
- Ante este desconocimiento entre ellos y sobre sí mismos, ¿dónde se refugian los personajes?
El sexo emerge como escapatoria para todos los personajes. Al no saber reconocer sus propias necesidades, los personajes caen en una espiral de sexo sin control hasta que se dan cuenta que el sexo no es lo que realmente buscan.
- Hugo, el protagonista de la novela, es un atormentado escritor, ¿algún tinte autobiográfico en Los desconocidos?
(Risas) No, ninguno. Aunque escribo lo que vivo, también observo a la gente, mi entorno más cercano, mis amigos... Yo escribo sobre el amor porque creo en el amor. En la novela los personajes, por mucho que les cueste admitirlo bien sea por miedo o por inseguridad, lo que realmente buscan es el amor. Yo creo que el amor es posible; de hecho mi pareja y yo llevamos veinte años de feliz relación.
- Se deja entrever una leve crítica al colectivo de los osos, ¿algún resquemor con ellos?
(Risas) No ninguno, todo lo contrario. Tengo amigos que se consideran osos y todo lo contario, pero parece ser que nos gustan demasiado las etiquetas y al ponérnoslas nos estamos auto limitando y en gran parte eso se debe a la inseguridad en nosotros mismos. Sólo quería crear un guiño humorístico, al igual que he introducido otros personajes en clave de humor.
- ¿En qué se parecen ‘El lago’ y ‘Los desconocidos’?
Ambas son novelas de amor. Son novelas cuyos personajes no se conocen bien entre ellos, ni a sí mismos. Los protagonistas de ambas novelas no saben qué es lo que quieren y esa desorientación es lo que los convierte en vulnerables.
- Los protagonistas de Los desconocidos poco a poco encuentran su camino. ¿Crees que este libro puede ayudar a todos aquellos que se encuentran ‘desorientados’?
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