ENTRE REJAS te revela la rutina diaria de varios presos en distintas cárceles españolas gracias a la correspondencia que recibe Richard, un perverso desconocido, con los que todos ellos han mantenido relaciones antes de su paso por el presidio. ¿Quién es ese desconocido? Entrevistamos a Carlos Rabazo que ha recopilado todas estas cartas para convertirlas en el libro más caliente del año.
ORA SABRÁS LO QUE
¿Cómo llegaron a tus manos estas ‘cartas carcelarias’?
Insospechadamente, en un momento de mi vida en el que no sabía si meterme monja o escribir un libro. (Risas) Me llegaron más de cuatrocientas cartas de las manos de un amigo que alquilaba pisos. Las había encontrado en un paquete, entre los cachivaches que el último inquilino de uno de ellos había dejado para tirar a la basura, y que me ofreció por si yo podía sacarlas algún provecho puesto que el citado inquilino no dejó ninguna dirección localizable ni ha vuelto a dar señales de vida.
¿Cuál fue tu primera reacción al leer estas cartas que te entregó tu amigo? ¿Esperabas encontrarte lo que hallaste?
A parte del particular morbo que me produjeron a primera vista, porque yo soy bastante proclive a la pornografía, inmediatamente se me ocurrió la idea de plasmarlas en un libro que estuviera bastante alejado de lo común en la literatura pornográfica. Me llevó dos años el ordenarlas para conseguir un relato correlativo y al final conseguí un desarrollo que creo que enseguida prenderá en los lectores afines a las situaciones de alto voltaje erótico y lujurioso que sus autores relatan como protagonistas y que, a poca imaginación que se tenga, son capaces de erizar la libido al más pintado.
Queda absolutamente claro que las cartas son auténticas.
He pretendido que trascienda su autenticidad, que confirmo, conservando al pie de la letra su transcripción, incluidas las faltas ortográficas y gramaticales, por lo que se puede apreciar con más claridad el carácter de los protagonistas, unos con más formación que otros, aunque el “misterioso” protagonista real sea el receptor de todas ellas al que se adivina como instigador de toda la trama y “protector” de los mismos.
También es un fiel reflejo del funcionamiento interno de las cárceles españolas.
Ese es otro punto curioso que tiene la novela: el relato de la rutina diaria dentro de una cárcel contado desde su particular punto de vista por quienes lo sufren. Tanto ese aspecto como el que se refiere a los relatos esporádicos que de su biografía hacen alguno de ellos, así como de sus propósitos de enmienda, forman la parte más humana del texto.
¿Crees que alguno de los protagonistas podría reconocerse?
Puede que sí, si llegasen a leerlo, aunque los cambios que he hecho de los nombres propios y de los Centros Penitenciarios, dificulta su identificación; y sin tener noticia del libro dudo mucho que caiga en sus manos. Eso sí, podrían llegar a recordar algún pasajes, pero no creo que tuvieran ninguna protesta sino más bien que les divertiría hacerlo. El único al que podría molestar sería al destinatario de las cartas, pero espero que no llegue el caso.
“Al único que podría molestar la publicación de las cartas es al destinatario de las mismas”
El propietario del apartamento, ¿te dio alguna descripción del inquilino?
Sí, claro. Era un tipo con una formación importante que se dedicaba, por lo visto, a organizar exposiciones, conferencias… Un “enterado”, vamos. De muy buena presencia, educado o sea, ese personaje que las mata callando, muy corriente en nuestra sociedad, y con una segunda vida inconfesable, pero tan “pasota” que le importó un pimiento deshacerse de esa correspondencia como basura, dado que no podrían identificarle. Y, por lo que se trasluce, con pasta.
¿Qué aporta Entre Rejas a la literatura pornográfica?
La pornografía nace de los “malos pensamientos” que se obligaban a confesar ante el cura. Y esos “malos pensamientos” eran fruto de imaginaciones calenturientas en pos de fantasías sexuales insatisfechas. De ahí la pornografía que desarrolla esa imaginación. ENTRE REJAS aporta a la imaginación unas fantasías sexuales posiblemente jamás imaginadas, con el morbo de poder “verlas” en descripciones reales, contadas por personajes que, para muchos, podrían ser la personificación de sus “malos pensamientos”.
Ellos, en muchas de las cartas, hablan sobre su pasado antes de entrar en la cárcel. Narrándonos con extrema sinceridad su vida anterior y a ese submundo de la noche, de las drogas, de la prostitución…
Claro, si es que lo menos curioso que tiene este libro es que cuando vas conociendo la vida de estos personajes te das cuenta que, excepto dos, el resto ya sabían de lo que iba ‘el asunto’. Es decir, que no les era nada difícil, al encontrarse en las cárceles y no tener otra cosa mejor que hacer, que montárselo juntos.
Alguna otra cosa que quieras apuntar. ¿A quién le recomendarías tú este libro?
Al obispo de Roma…. [Risas] Como los libros no tienen recomendación, porque cada uno se compra los que le apetecen… Se lo recomendaría al que le haga falta, al que le haga falta desarrollar la imaginación, al que le haga falta la pornografía.
Al que no tenga ni idea de este submundo que se descubre en ENTRE REJAS de una forma tan descarnada.
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