Convertidos en todo un referente de la literatura gay y lésbica en castellano, los Premios Odisea de Literatura, además de galardonar las mejores obras que reflejan la realidad de gays y lesbianas, son una plataforma privilegiada para dar a conocer nuevos autores de la literatura contemporánea en español.
Ángel Hernández ha sido el ganador de esta edición por la obra titulada Diles que me quieres en la que se narra una romántica historia de amor en uno de los ambientes más homófobos que, tristemente, aún existen: el mundo del fútbol. Por otra parte, la obra finalista ha recaído en una escritora ya conocida por todos: Esther Peñas consigue el segundo galardón de los XIII Premio Odisea de Literatura gracias a Sesión continua por demostrar la inmensa capacidad creativa de la autora madrileña que con la novela finalista da un genial y particular giro a la narrativa a la que nos tiene acostumbrados.
Una original y divertida novela en la que el lector tendrá que hilvanar las distintas historias de los protagonistas de esta sesión continua, como la de Aurora quien no entiende qué ha hecho mal para que su hija sea homosexual; o la de Matías que verá como su feliz y acomodada vida heterosexual se derrumba cuando tiene una erección en las duchas del gimnasio; o la de Marieta que siente una febril aversión a cualquier objeto fálico; o como la de Jacinto, un reconocido y armarizado escritor, que vive en las mieles del éxito, son solo algunos de los personajes de esta terapia que promete arrancarte más de una carcajada.
"Ángel Hernández y Esther Peñas pasan a formar parte de la historia de la literatura gay y lésbica en castellano"
DILES QUE ME QUIERES, ganador del XIII Premio Odisea de Literatura
“Yo, David Jaén Morales, más conocido como Davi (sin la d final y con entonación en la a) español, de 31 años de edad, de estado civil ‘solo como nunca’ y residente por ahora en Renania del Norte-Westfalia, Alemania, en casi pleno uso de mis facultades mentales, juro que jamás volveré a permitir un sufrimiento más por culpa de ningún amor”.
Con esta firme declaración de intenciones se presenta Davi, protagonista de Diles que me quieres, novela ganadora del XIII Premio Odisea de Literatura. Decidido a dar la espalda al amor para evitar cualquier sufrimiento, Davi decide regresar a España y comenzar de cero, pero el destino no se lo pondrá tan fácil y cruzará su camino con el de Fran, un famoso futbolista del Atlético de Madrid.
Davi y Fran comienzan una relación no exenta de dificultades poniendo de relieve una situación tristemente conocida: la homofobia en el mundo del fútbol. Ambos tendrán que hacer frente, además de los típicos problemas de una pareja normal, a los desprecios y recelos de jugadores además del acoso mediático de la prensa durante uno de los campeonatos más importantes, el Mundial de Fútbol, donde además España parte como favorita.
Ángel Hernández (Arico, Santa Cruz de Tenerife, 1968) reside actualmente en Düsseldorf, Alemania, desde donde escribió Diles que me quieres, su primera novela con la que ha conseguido ser el ganador del XIII Premio Odisea de Literatura.
SESIÓN CONTINUA, finalista de los XIII Premios Odisea de Literatura
Sesión continua es una excelente novela coral que gira en torno al diván de Cordelia, una prestigiosa psiquiatra afincada en Madrid. En este diván se recostarán los más dispares personajes que son los auténticos protagonistas de Sesión continua, novela finalista del XIII Premio Odisea de Literatura.
Esther Peñas da un sorprendente giro a su narrativa para atraparnos con una novela brillantemente construida, con inesperados y extraordinarios giros, donde todos los personajes interaccionan entre sí, sin ser ellos conscientes, dando forma a esta desternillante e hilarante novela.
Esther Peñas (Madrid, 1975) no es una cara nueva en el mundo de las letras. Su devoción por la literatura le han llevado a publicar distintos poemarios (De este ungido modo y Penumbra), además de dos novelas con las que se ganó el respeto de público y crítica (Los silencios de Babel y El peso de una sombra). Sesión continua es su tercera novela con la que ha conseguido, no solo un cambio de registro, sino también ser la finalista del XIII Premio Odisea de Literatura.
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