“Espontánea y sincera, Olga Martí vuelve a dar
en el clavo con una novela de historias cruzadas en la que todo encaja a la
perfección gracias a su genuina habilidad para narrar historias de mujeres”.
Así es POST, hablamos con Olga Martí para profundizar aún más en este universo
de mujeres que ha creado para ti la escritora valenciana.
Han
pasado más de cinco años desde la publicación de Sígueme, ¿por qué Post se ha
hecho tanto de esperar?
Soy
muy lenta escribiendo,¿qué puedo decir? Pero para intentar excusarme alegaré
el extraño proceso de gestación de la novela, lleno de interrupciones, saltos y
cambios de dirección. De la idea original al resultado final hay un buen puñado
de felices desvíos. Por suerte, en uno de ellos hallé la clave para estructurar
las diferentes historias y unificar el tono, y la redacción de la parte final
resultó algo más fluida.
Sígueme fue la novela finalista del VII Premio Odisea,
¿qué ha supuesto este Premio a nivel personal y profesional?
A
nivel personal fue una gran sorpresa. Era la primera novela que escribía y la
primera vez que me presentaba a un concurso. De no haber sido por aquel primer
golpe de suerte, dudo que hubiera escrito más novelas. Nunca me lo había
planteado. Aunque, para ser sincera, sigo sin planteármelo. Es fascinante leer
las diferentes explicaciones que dan algunos autores para explicar por qué
escriben. Yo aún no he encontrado la mía.
En
Post retomas el universo femenino que desarrollaste en tu anterior novela, ¿qué
diferencias hay entre ambas novelas?
La
diferencia fundamental es el número de personajes, que se han multiplicado
peligrosamente. Siempre he sentido una afinidad especial por los personajes
secundarios y desde hacía tiempo me rondaba la idea loca de escribir algo donde
no hubiera ningún secundario, solo protagonistas. Era como un plan quijotesco de dar voz a los que normalmente
no la tienen. Así que cogí a los personajes secundarios de mi primera novela y
los convertí en protagonistas de sus propias historias. El problema fue que, al
hacerlo, surgieron nuevos secundarios y me empeñé en darles también a ellos su
historia. Pero hubo un momento en que tuve que parar y resignarme a su
presencia. Tal vez sea una buena excusa para una tercera novela, retomar los
secundarios de esta segunda y seguir entrecruzando sus vidas.
Blogs,
mails, posts, comentarios, ¿es la bollosfera tan activa y adictiva como la
retratas?
Activa
desde luego, y adictiva según sean las dosis a las que te expongas. Internet se
ha convertido en el medio de comunicación por excelencia de este nuevo siglo,
pero desde su creación ha sido una herramienta fundamental para cohesionar el
colectivo homosexual. Creo que esa es su mayor virtud, hacer casi imposible que
alguien se sienta aislado.
¿Escribes
algún blog o alguna bitácora en Internet? ¿Y qué blogs sueles seguir o
comentar?
No,
no tengo la disciplina suficiente para escribir un blog, pero soy fiel
seguidora de algunos, sobre todo tecnológicos y de series de televisión, con
las que estoy seriamente obsesionada estos últimos años. La sección de
comentarios es un campo de batalla en el que nunca me he embarrado, aunque debo
de reconocer que leerlos de vez en cuando proporciona elevadas dosis de placer
culpable. A partir del cuarto o quinto comentario, siempre empieza la fiesta.
La
estructura narrativa de POST es un poco arriesgada al igual que la de Sígueme,
¿es algo innato o lleva mucho trabajo?
Supongo
que es innato. He escrito dos novelas y las dos han salido bastante retorcidas
estructuralmente. Además, en mi faceta como guionista estoy acostumbrada a
estructurar, las tramas se cruzan constantemente, empujan la acción y al final
forman una unidad de sentido propia. No sé si me costaría menos trabajo
escribir algo más lineal, pero sería menos divertido.
"Gracias a la labor de editoriales especializadas como Odisea, la visibilidad lésbica en la literatura ha sido constante durante estos últimos años."
¿Después
de siete años de Sígueme, crees que ahora hay mayor visibilidad lésbica en la
literatura, cine, series de televisión…?
Gracias
a la labor de editoriales especializadas como Odisea, la visibilidad lésbica en
la literatura ha sido constante durante estos últimos años. Donde sí se ha
producido un aumento significativo de la visibilidad lésbica, y del colectivo
homosexual en general, es en los medios de comunicación. Internet, otra vez, es
la punta de lanza de una gran variedad de productos de entretenimiento dirigido
al público homosexual. El ejemplo de las webseries, que no paran de surgir a
nivel nacional e internacional, es paradigmático. Para mí, sin embargo, el
mayor logro de la visibilidad homosexual se está dando en las televisiones
generalistas, que cada vez ofrecen más contenidos que nos tienen en cuenta como
audiencia. Y, si tenemos en cuenta la integración irremediable entre televisión
e internet, dicho aumento crece exponencialmente. Buenas noticias.
Has
estado apartada de la narrativa, pero sabemos que has seguido escribiendo
guiones durante estos años, ¿dónde podemos disfrutar del trabajo de Olga Martí
de los últimos años?
He
desarrollado mi labor de guionista sobre todo en el ámbito de las televisiones
autonómicas. Participé también como co-creadora de la webserie Apples (www.appleslaserie.com, www.youtube.com/user/ApplesLaSerie),
que a pesar de ser ya toda una veterana, sigue gozando de muy buena salud.
¿Dónde
te sientes más cómoda, en el guión o en la narrativa, o no tienen nada que ver?
La
esencia es la misma, imaginar historias. La diferencia más importante radica en
la técnica. No se puede escribir un guión sin conocer su técnica, que tiene
mecanismos muy precisos y pautados. Además, la narrativa te da mucha más
libertad. No existen las cortapisas de los parámetros de producción. En una
novela, el escritor es el guionista, el director, los actores, el jefe de
producción, el responsable de vestuario y hasta los mismos eléctricos. No
recuerdo qué guionista dijo aquello de “cuando quiero dirigir, escribo una
novela”, pero dio en el clavo.
¿Podemos
saber qué planes de futuro tiene Olga Martí?
Mis
planes de futuro coinciden con los de la mayoría, sobrevivir a esta crisis. Y,
mientras, seguir luchando para que un par de proyectos en los que estoy
involucrada encuentren financiación.
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